La Formula 1 sale del letargo, y con ella, emociones solidarizadas con lo
que hace no mucho tiempo llamábamos invierno.
Probablemente es una locura levantarse un sábado a las 7am cuando no has
acumulado 24 horas de sueño durante toda la semana. Como también lo es que en
España, en los últimos cinco años, hayan explotado los derechos de la Formula 1
tres cadenas de televisión diferentes. Pero no menos locura es que, por no sé
qué extraña razón, se siga manteniendo invariablemente a Lobato en todas las
cadenas por las que el circo de la Formula 1 monta su carpa, como si la
atracción estuviera en la mediática amistad que une a Lobato con Alonso, en vez
de estar centrada principalmente en quienes están detrás del volante y todos
los detalles técnicos que les rodean.
Las cadenas de televisión en general, y Lobato en particular, han querido
identificar la esencia de la Formula 1 con Alonso de una manera tan
personalista, que cuando le ha tocado penar por las pistas (algo que en la F1
siempre pasa – al comienzo, en el medio, o al final de tu carrera-), también lo
han hecho las propias cadenas y sus audiencias. Porque lo hicieron tan mal (o
fueron tan cortoplacistas) que consiguieron que pareciera que sin Alonso la F1
no tenía ningún interés, y así nos encaminábamos a vivir de nuevo lo que
sucedió en España durante los 90.
Los que llevamos ya varios lustros viendo la Formula 1 hemos sufrido cómo
Telecinco, en su primera etapa, destrozaba literalmente las carreras, jugando
al escondite con los horarios, interrumpiendo las retransmisiones para emitir
VIP Tarde o las Mamachicho, o emitiendo la carrera en la madrugada del domingo
al lunes.
La Formula 1 es deporte, es tecnología, es innovación, es glamour, es
muchas cosas que se puedan imaginar, y no todas buenas, pero no es un único
piloto, por muy grande y bueno que sea. Y lo es.
A Antena 3 se le presenta una oportunidad de la que probablemente dependa
la supervivencia de las retransmisiones de la Formula 1 en España en años
venideros: enseñar Formula 1, y enseñar a valorar la Formula 1 como deporte,
con independencia de los deportistas que haya en cada momento.
En la Formula 1 se producen paralelismos muy curiosos con otros aspectos de
la vida…pero para hablar de ellos ya habrá otra carrera.
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