martes, 5 de junio de 2012

Pensando en vosotros


Pensando en vosotros he recordado que hubo una canción de Guns N’ Roses que desafortunadamente no fue valorada como una de sus grandes canciones. Y la verdad es que lo tenía todo. Tenía frescura, tenía una letra pegadiza, tenía el esplendor de aquella voz tan endiabladamente inconfundible de Axl Rose y tenía un solo de guitarra que muchos creímos que firmaba el propio Slash, aunque en realidad no fuera así. En aquella canción, el solo de guitarra lo protagonizaba Izzy Stradlin, y no puedo evitar pensar lo que habría sucedido con ella si el solo hubiera sido firmado por el mismísimo Slash.

Pensando en vosotros recuerdo que, por tener, también tenía un título de los que difícilmente se olvidan. Puede que fuera un poco facilón, es verdad, pero habría resultado ser la guinda perfecta del pastel si a aquella canción le hubiera llegado el momento de gloria que nunca le ha llegado.

Me da rabia saber, pensando en vosotros, que la canción no podría haber disfrutado de un mejor momento para existir. Se hallaba en el álbum perfecto, quizás uno de los mejores álbumes de la historia del rock. Y ocupaba una posición perfecta, la octava, una posición que cualquier canción desearía ocupar en un disco, porque allí es cuando y donde se produce la fusión entre la emoción creciente de lo llevas escuchado y la expectativa de vibrar con lo que te queda por escuchar.

Pero pensando en vosotros, sin embargo, recuerdo que incluso las canciones olvidadas pueden disfrutar de las segundas oportunidades que el destino no les quiso conceder en el momento de ser alumbradas por sus autores.  Y si las canciones, siendo marionetas inertes en el baúl de lo olvidado, siempre pueden ser recuperadas y cobrar vida en bocas de antiguos o nuevos intérpretes, ¿por qué no lo pueden ser las personas que no pudieron subirse al tren que les correspondía coger?

No puedo dejar de pensar en vosotros, aquellos que encontrándoos en el álbum perfecto, en la posición perfecta, interpretados por el grupo perfecto en su momento perfecto, todavía no habéis encontrado la compensación que os corresponde por vuestro esfuerzo y que la sociedad os niega, aunque os la reconozca, pero sólo de puertas para adentro, por esta maldita crisis.

Jóvenes tan preparados que nos podrían estar dando capones en la cabeza. Jóvenes no tan preparados que han tenido que dejar de prepararse para sacar adelante a la familia, y no sólo a sus propios hijos. Personas con tanta experiencia que nos tendrían que estar dando lecciones de todo tipo y cuyo DNI murmura que vieron en directo por la tele cómo el Hombre pisaba por primera vez la Luna. Emprendedores sin los que este país no sería nada. La denominada "generación perdida". Madrileños por el mundo, Españoles por el mundo, Amigos por el mundo, .....

Lo cierto es que la posición novena del “Appetite for Destruction” estaba habitada por “Sweet Child o’ Mine”, una canción eterna, himno de no pocas generaciones y posiblemente la mejor canción de Guns N’ Roses. Tan enorme fue su leyenda y su apetito por la destrucción que engulló sin piedad la leyenda que por virtud de algún otro destino le correspondía a su predecesora, “Think About You”.

Sin embargo, aquí, pensando en vosotros, y solamente en vosotros, os la dejo y os la dedico: